¿TOPOGRAFÍAS FICCIONALES DEL TERROR? ESPACIOS LITERARIOS Y MILITANCIA ENTRE BRASIL Y PARAGUAY
Rocco Carbone; Pía Paganelli | 14-32
Si bien toda literatura escenifica espacios que son del orden de lo imaginario, la literatura producida en contextos de violencia de estado presenta espacialidades con características diferenciales, propias y específicas. No “crea” espacios sino que se “apropia” de ellos y en especial problematiza la dimensión privado-público a partir de estos. En este trabajo, se abordará dicha problemática a partir de dos producciones literarias que giran en torno a topografías del terror y que fundan políticas concretas de militancia social de resistencia y políticas de reconstrucción de memorias históricas en ese meridiano tensado entre Paraguay y Brasil. En primer lugar, se abordará la pieza teatral 108 y un quemado (2002/2010) de Agustín Núñez. Allí lo que ayer había sido el espacio urbano como teatro del horror y el agravio en el Paraguay de Stroessner, hoy se transforma en calle-teatro de la acción política. Ese texto se constituye como denuncia de las aberraciones que la población homosexual asuncena padeció a mano de la dictadura paraguaya –conocida con el nombre de stronato (1954-1989)– por primera vez en 1959, en el espacio público de la ciudad de Asunción. En segundo lugar, se trabajará con el poemario Clamor elemental (1971) del obispo de los pobres, Dom Pedro Casaldáliga, que se convierte en una excusa para revalorizar el componente vital del espacio amazónico y de sus habitantes –los indígenas Xavantes y Carajás– y denunciar el saqueo silencioso y violento perpetrado por el gobierno de facto brasileño (1964-1984) con el afán de “modernizar” la región.
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